sábado, 9 de abril de 2011

Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) 2011: Tilva Ros

Empezamos un breve repaso por uno de los festivales más interesantes del mundo. La oferta de este año es una de las mejores que alguna vez haya tenido el BAFICI. Aunque, habría que decir, y como suele ocurrir, lo mejor quizás no se encuentre en la competencia oficial, sino en las muestras paralelas. Empezamos con la competencia internacional.


Tilva Ros (Serbia, 2010, Nikola Lezaic)

Un grupo de sakaters -varados en la abulia de unos balcanes que aún no salen del trauma dejado por su sangrienta historia contemporáea- rechazan cualquier intergración a su sociedad. El escape del guión oficial que les propone su supuesto paso a la adultez -punto irrenunciable para cualquier película sobre la adolescencia- se hace a travéz de un itinerario ritual basado en la autolaceración del cuerpo, en el dolor y la tortura, entendida como una forma superior de placer. La premisa es sugerente, pero la cámara documentalista de Lezaic no supera el guiño provocador (que nos hace recordar al vano esteticismo de Larry Clark), la insistencia en la contemplación de los actos más exteriores de la violencia y la autopunición sádica. Podría decirse que hay un exceso de autoindulgencia por parte de una mirada anonadada por la captación de las pruebas de resistencia -que se asemejan a las de la tradición militar, aunque aquí mezcladas con un espíritu de celebración decadente al estilo de Jackass-, más no muy interesada por penetrar en las relaciones que articulan los personajes, o en ofrecer algo más que el testimonio "light" de un grupo humano que se siente muy real. Lo mejor, precisamente, son los "no-actores" protagonistas (especialmente, Marko Todorovic), siempre en el límite de espontaneidad e indiscernibilidad que ofrece la teatralización del que se interpreta a sí mismo.

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