La nueva película del director de Contagio
es un ejercicio de estilo, o de género (en este caso, el thriller de acción),
concebido –en propias palabras de Soderbergh- en función a su protagonista, la
estrella de las artes marciales mixtas Gina Carano. Ella es Mallory Kane, una agente del cuerpo de élite militar, contratada para
una serie de misiones secretas que no cuentan con la aprobación oficial del
gobierno. Sin embargo, su historia se complica cuando empieza a sospechar del
hombre que la contrata (Ewan McGregor) y la sinuosa red que está detrás del
plan.
Soderbergh es uno
de esos cineastas camaleónicos, con gran habilidad para aportar una siempre
bienvenida cuota de inteligencia y sensibilidad a proyectos menores o de ánimo
lúdico como este. Si bien es cierto ya no son ninguna novedad las estructuras
temporales fragmentadas, ni las tramas laberínticas que cada cierto tiempo
revelan diferentes culpables y victimarios, Agentes secretos tiene la cualidad de proponer, además, un
sofisticado estilizamiento que saca provecho de sus locaciones europeas, su
elenco de primer nivel (además de McGregor están Michael Douglas, Michael
Fassbender y Antonio Banderas), y, claro, esa extraordinaria mezcla de fuerza,
sensualidad, y misterio que la Carano despliega con contundencia en cada
fotograma. Lo interesante del filme de Soderbergh es que, detrás del
entretenimiento, esconde una sutil relectura contemporánea del film noir y convierte a la “femme fatale”
en una improbable heroína que ha perdido cualquier temor en un universo de
hombres. (En Somos, 11/08/12)
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