lunes, 28 de marzo de 2011

Desconocido (Unknown, 2011) de Jaume Collet-Serra


Una pareja de norteamericanos llega a Berlin para asistir a un congreso científico. Lo que no esperan es que uno de ellos (Liam Neeson) se convertirá en víctima de un accidente que, además de impedirle lograr su objetivo, lo sumergirá en un coma del que saldrá a una realidad diferente de la que preveía. Desconocido se convierte, así, en la odisea por recuperar una vida perdida, evocando, en sus primeros minutos, el estilo de algunos clásicos de Hitchcock.

Desde Venganza (Pierre Morel, 2008) -donde va a rescatar a su hija a Paris-, hasta la fallida Crónica de un engaño (Richard Eyre, 2010) -donde viaja a Italia para investigar a su esposa-, Neeson es un especialista en encarnar a hombres buenos que son embaucados y deciden llegar a la raíz de su desgracia familiar. Y es interesante que, en los últimos años, las ciudades de Europa funcionen, para Hollywood, como un fascinante universo que esconde una telaraña siniestra.

Neeson es experto en expresar la paranoia, la tensión suspicaz, la desesperación contenida, la nobleza de espíritu, y aquí potencia ese registro con un añadido: Collet-Serra (La huérfana, 2009) es sutil a la hora de multiplicar las pistas falsas, y esconder las claves que permitan comprender el alucinado desconcierto que viven los ojos del héroe. La amnesia también hace su trabajo en esta historia de retruécanos a veces no tan convincentes. Sin embargo, la sobria puesta en escena, y el magnífico elenco (lo completa Diane Kruger, Bruno Ganz y Frank Langella), dan interés a una cinta con una primera hora de antología. (versión modificada del texto publicado en Somos 26/03/2011

miércoles, 23 de marzo de 2011

Atracción peligrosa (The Town, 2010) de Ben Affleck


Lejos de caer en los corsés de un thriller del montón, mucho del éxito de Atracción Peligrosa recae en la habilidad de profundizar en los conflictos más íntimos de Doug -líder de una banda de atracadores de bancos de Boston-, desarrollando varias subtramas a la vez: la relación tirante con su amigo James (Jeremy Renner); el affaire con Claire (Rebecca Hall), una de las testigos de los asaltos; el deterioro de sus vínculos con su padre (Chris Cooper), y con Krista (Blake Lively), su pareja; y, por último, su propia mirada acerca de su permanencia en la mafia. 

Algunos han criticado la actuación de Affleck, pero quizás no se haya reparado en que esta marca una aproximación diferente al género. El filme no acentúa los rasgos teatrales de los gángsters, ni la atmósfera estilizada que siempre ha configurado su mitología. En ese sentido, es interesante comparar Atracción peligrosa con Los infiltrados (2006) de Scorsese -otro estupendo filme sobre la mafia irlandesa de Boston, solo que operática y afiebrada, y apoyada en la figura exagerada, magnética, de Jack Nicholson.

Por el contrario, Doug gana interés por sus crisis contenidas, lejos de exabruptos. Huérfano de madre, y con su padre en prisión, el jefe de la pandilla actúa con firmeza, pero aquejado por un aire melancólico y distante. Habiendo perdido a sus padres, Doug parece haber perdido, también, el piso en el que reafirmar un proyecto de vida. La banda de Charlestown, esa otra familia o tribu de raíces férreas, asentadas con la sangre del delito, no parece ser una opción convincente. Por su parte, el siniestro capo de la mafia (Pete Postlethwaite, de apariciones breves pero esenciales) está lejos de ser un padre sustituto, mientras que su amigo James representa un camino de rabia y autodestrucción.

Uno de los aspectos más interesante del filme es su capacidad de sugerir preguntas, o dilemas existenciales, sin verbalizarlos. Hay que recordar la visita de Doug al padre, quien, en una de las mejores escenas de la película, tiene palabras poco alentadoras para su hijo en torno a la posibilidad de encontrar a la madre perdida, mientras menciona el pesar por la cadena perpetua que padece. Por último, su furia y amargura no dejan resquicios para el cultivo de un lazo afectivo: no hacen falta palabras para ver, en la mirada de Doug, un desencanto cada vez mayor respecto a su lugar en el mundo, y la posibilidad de repetir la historia de su padre. 

Es por eso, también, que Atracción peligrosa plantea la pregunta por el sentido de la fidelidad. Apuntala una reflexión moral, directamente relacionada con la cuestión de la ruptura con la tradición. Como en Desapareció una noche (2007), su opera prima, Affleck aborda la realidad social más marginal de su país -en este caso, los “blue collar” o clase trabajadora: la otra cara de la banda de Charlestown-, y nos hace pensar en las consecuencias que comprometen las elecciones morales de sus héroes. 


¿Salvación o traición? Podría ser la pregunta que asedia a este joven y descreído gángster. Y es que casi todos son traidores o actúan como tales. Desde el detective Frawley (Jon Hamm), quien debe fingir una amistad con Krista -para sonsacar un secreto que permita capturar a la pandilla-; hasta el policía (Titus Welliver) que es acusado por Doug, en una confrontación verbal, por haberse “cambiado de bando”. Más allá de las escenas de atracos, extraordinarias todas -sobre todo la última-, e inspiradas, en gran parte, por Fuego contra fuego (1995), de Michael Mann, las imágenes transparentes y algo pálidas del filme nunca dejan de transmitir la pulsación ansiosa de la pregunta por la traición, por la fidelidad, por una fuga liberadora.

En efecto, Doug aspira a otra vida. Pero eso significa dejar una tierra que le reclama una deuda total, los amigos que salvaron su vida, una herencia cruenta pero orgullosa. ¿Quién es él finalmente? La de Doug es una identidad escindida. Se ha enamorado de una de las testigos de sus atracos, y lo ha hecho a costa de negar su clase, su condición, su proveniencia. Así, Atracción peligrosa nos coloca frente a una cadena de hechos que no dejan de complejizar, de forma fascinante, las tomas de posición, las decisiones, las acciones, todas filmadas con una sobriedad y lógica prodigiosas.

Por último, si bien el personaje de Claire reclama una consistencia mayor -lo que nos deja a un paso de la perfección-, pocos directores tienen esa capacidad de devolver, a la violencia, un sustrato dramático tan sólido. En ese sentido, no quisiéramos, tampoco, dejar de mencionar la actuación de Jeremy Renner, quien personifica a uno de los pocos gángsters que pudieron haber entrado en La pandilla salvaje (1969) de Peckinpah.(En Godard! N° 26)

martes, 22 de marzo de 2011

Estreno: Cada viernes sangre (2011) de Fernando Montenegro


Fernando Montenegro es uno de los cineastas jóvenes independientes más talentosos en Perú (junto con Omar Forero, Raúl del Busto, Rafael Arévalo, Jim Marcelo, Eduardo Quispe, Javier Bellido, Ana Balcázar, Malena Martínez, Juan Daniel Fenrández, Manuel S.P, Alberto Angulo, son parte de la generación que ha hecho posible un nuevo cine peruano).

Encierro (2009), su primer largometraje, es una interesante reelaboración de los códigos del cine de horror en el marco de una historia urbana y marginal. Ahora Montenegro estrena Cada viernes sangre (2011), relectura de los códigos del film noir y el thriller, reinvención del género que solo podríamos equiparar a las exploraciones modernas del Godard de los sesenta y los ochenta. Los fans de Tarantino y Brian de Palma también reconocerán una filiación que Montenegro absorbe de forma muy original.

Producida con bajísimos recursos, con Cada viernes sangre su director supera los tanteos inciales y empieza un camino de madurez, demostrando que el mejor cine peruano no depende de presupuestos millonarios, sino de talento, búsqueda y perfeccionismo. Montenegro no solo se confirma como uno de los mejores cineastas peruanos en actividad, sino también como el más audaz estilista de la imagen. Prometemos una cobertura amplia de este filme próximamente (y de El epitafio no me importa, el reciente y estupendo documental de Manuel S.P. y Alberto Angulo, en las páginas de godard!) Por ahora, quedan invitados al estreno del filme este jueves 24 de marzo en el cine club de la Universidad Cayetano Heredia. Comentará la película nuestro amigo, y programador del cine club, Mario Castro Cobos.

Fecha: jueves 24 de marzo

Hora: 7:00 p.m.

Lugar: Av. Armendáriz 445, Miraflores. Auditorio Hugo Lumbreras Cruz. Ingreso libre.

domingo, 20 de marzo de 2011

El peleador (The Fighter, 2010) de David O. Russell


Larga y prestigiosa es la tradición de dramas boxísticos en Hollywood. Los últimos clásicos son El luchador (Cinderella Man, 2005, de Ron Howard) y Golpes del destino (Million Dollar Baby, 2004, Clint Eastwood). Mejor que la primera, pero sin llegar a la marca lograda por el genio de Eastwood -lo que no la desmerece un ápice-, el filme de O. Russell trae una novedad en medio de la historia del muchacho de bajos recursos que emprende un camino atormentado hacia la gloria: esta vez, no solo se trata de la cruzada de Micky Ward (Mark Wahlberg), sino de la de su hermano mayor y entrenador, el adicto al crack Dicky Eklund (Christian Bale).

De lo mejor es, precisamente, la forma en que se ahonda en los conflictos de ese temperamental contigente familiar de los suburbios pobres -donde destaca Melissa Leo como la posesiva madre y manager del clan Ward. Los de El peleador son personajes memorables, filmados con un tono celebratorio, y tierno, en medio de sus vicios e histerias. Para no hablar de las estupendas performances de Bale y Wahlberg, mencionaremos a la novia de Micky, rechazada por la madre, e interpretada por Amy Adams, lo que completa esta crónica hecha de mucha violencia, tanto emocional como física. Sin exacerbar nunca el drama de la realidad que muestra, hacía tiempo que no se dosificaba, con tanta convicción, la crispación de pasiones intestinas familiares de las clases trabajadoras, desde los días en que Scorsese hacía Toro salvaje o Buenos muchachos.(versión modificada del texto publicado en Somos, 19/03/2011)

jueves, 17 de marzo de 2011

Godard! Nº 27


Ya está a la venta la edición N° 27 de godard!, publicación especializada en cine que comenta lo más destacado de la cartelera comercial y del cine mundial.

En la portada aparece la película argentina Carancho, protagonizada por Ricardo Darín y dirigida por Pablo Trapero, la misma que próximamente se estrenará en Perú. La sección ESPECIAL, dedicada a Carancho, trae una entrevista exclusiva a Pablo Trapero, también director de Leon
era y El bonaerense, además de un perfil sobre Ricardo Darín.

Una de las secciones más destacadas de la revista es FILMOGRAFÍA que repasa la carrera de un autor consagrado. En este caso, repasamos la extensa carrera de Blake Edwards, director de clásicos como Muñequita de lujo (Breakfast at Tiffany’s), Días de vino y rosas, La pantera rosa, La fiesta inolvidable, 10 La mujer perfecta, entre otros.

La sección CRÍTICAS es uno de los platos fuertes de la revista. Esta vez reúne comentarios de las películas nominadas al Oscar, entre ellas El discurso del rey, Red social, El cisne negro, Temple de acero, Lazos de sangre, 127 horas, además de otros estrenos notables de la temporada, como El escritor oculto y La cinta blanca.

Otras secciones de interés son CINE PERUANO, que trae un artículo sobre los cineastas independientes que hacen buen cine en este país, FESTIVAL, con una crónica exclusiva de la Viennale 2010, CENTENARIO, con sendos homenajes a Vincent Price y el japonés Ishiro Honda, CINE MUNDIAL, con una introducción al cine de James Benning, EN MEMORIA, con un análisis de la obra del italiano Mario Monicelli y del estadounidense Irvin Kershner, además de RINCÓN CLÁSICO y LIBROFILM.

PUNTOS DE VENTA

Librerías:
Zeta Bookstore, Crisol, La Familia,
Contracultura, Café Britt, librería PUCP.


Supermercados:
Wong, Metro, Tottus.

Polvos Azules: 
Pasaje 18, Tienda 3, Block 41.

miércoles, 16 de marzo de 2011

127 horas (127 Hours, 2010) de Danny Boyle


Después de haber llegado alto con Alerta solar (Sunshine, 2007), y de haber probado la complacencia con Quisiera ser millonario (Slumdog Millionaire, 2008), Boyle vuelve a recibir un espaldarazo de Hollywood. Nada ha cambiado mucho: en 127 horas están todos sus leit motivs: una juventud identificada con cierto hedonismo actual -esta vez representado por un personaje de la vida real; el montañista Aron Ralston (James Franco)-, prueba la consecuencia amarga de un exceso de autosuficiencia. Los de Boyle son personajes que buscan una experiencia límite por la cual vivir, aunque esta signifique una pérdida de valor de lazos primordiales o comunitarios -diagnóstico que quizá lo haga portavoz de toda una generación-. 

Es verdad, también, que el director británico demuestra su oficio audiovisual al lado de este héroe atrapado en una grieta de un paraje rocoso. El encierro, en la abertura del desierto, se convertirá en un viaje de estados alterados, alucinaciones, rememoración y cuestionamientos personales, al filo de la muerte. Vuelven las marcas de estilo ya vistas en Trainspotting (1996): el vértigo de cámaras en movimiento, la proliferación de sensaciones físicas potenciadas por el montaje y el sonido -como la abundancia de agua, tan anhelada por el protagonista.

Es cierto que estos espejismos o evocaciones no siempre resultan tan convincentes como la experiencia claustrofóbica dentro de las enormes piedras rojas. Y si el personaje de Franco llega a remontar al héroe esquemático, el resultado sigue siendo más entretenido que realmente conmovedor. Aún así, vale la pena ver una película de sobrevivencia diferente, sugerente, y que sale airosa en la exploración de sus posibilidades fílmicas. (Versión modificada del texto publicado en Somos 12/03/2011)

sábado, 12 de marzo de 2011

Siempre a tu lado (Hachi: A Dog's Tale, 2009) de Lasse Hallstrom


Siempre a tu lado es la penúltima película de Hallström, director sueco importado por Hollywood gracias al éxito que supuso el estreno norteamericano de My life as a dog (1985). Autor de una filmografía irregular -muchos aún recuerdan los pasos en falso de Chocolate-, ha sido un placer descubrir, con Siempre a tu lado -versión americana de la japonesa Hachiko Monogatari (1987), a su vez inspirada en una historia real-, hasta donde puede llegar la hondura y originalidad de un cine de raigambre clásica, fuera de moda, concentrado en dramas familiares y en el perfil de sus personajes y afectos.

Uno de los retos a los que se enfrentaba Hallström recaía en la sencillez de la anécdota: un profesor universitario (Richard Gere) encuentra a Hachiko, un perro perdido en una estación de tren, y termina por adoptarlo, pese a sus intentos por deshacerse de él. Al fallecer su amo, Hachiko no dejaría de esperarlo en la estación -a la hora en que este regresaba del trabajo- todos los días de su vida, hasta morir, muchos años después.  

Con un guión franciscano, la película se hace con una economía narrativa casi silenciosa. Hay algo de imperturbable en la filmación, en el montaje, como si el director renunciara a los planos cercanos y empalagosos, a cualquier pico dramático. Cada momento de la vida de este par de amigos se presenta con una prudente distancia, mostrando hechos (la búsqueda de los dueños originales del perro, la negativa inicial de la esposa a la adopción, la resistencia de Hachiko a recoger la pelota) que, a primera vista, no tienen nada de extraordinarios.

Lo extraordinario es casi invisible: en medio de sus discretas tomas, accedemos a una relación cómplice, exclusiva. Tanto la esposa (Joan Allen), como la hija (Sarah Roemer) de la familia, no pueden acceder a la empatía secreta que tienen Hachiko y el profesor. Pero no solo eso. El  perro nunca deja de ser un marginal, un extranjero, gracias a una “cámara subjetiva” de imágenes descoloridas que transmiten sus vistas mudas a ras del suelo, especie de perspectiva incomprendida que, a fin de cuentas, permanecerá como un misterio insondable, admirable. 


Por otro lado, esta es una de esas películas donde el protagonista -en este caso, Gere-, se va a la mitad de la función. Algo así solo lo han hecho pocos directores -el primero fue Hitchcock en Psicosis-, y no deja de ser una jugada arriesgada. Pero el filme demuestra su gran coherencia, ya que lejos de apresurar el término de la historia, o de recargar las tintas sentimentales, Hallström filma con la misma disciplina y la misma calma, lo que hace sentir, con mayor fuerza, la ausencia del profesor, mientras se muestra al perro en su avatar más tenaz y solitario: el que tiene que ver con la huella de un vínculo entre dos seres.

Lo que vemos en esta segunda parte remite a una huella mental, pero también física: la estación de tren, espacio que marcó el vínculo originario donde el profesor aparecía, todas las tardes, mientras Hachiko esperaba. El perro regresa, siempre, a la misma hora, y adquiere una nueva familia, donde todos son “marginales” de paso -como él-, últimos en el escalafón social: el ambulante, el dependiente de la boletería, la vendedora de una librería. En esta sutil dinámica narrativa, vemos -con los habitantes de la estación- el acto insólito de Hachiko repetirse a través de los años y los climas, y luego volvemos a ver todo sin color, sin palabras, a la espera de una aparición

Siempre a tu lado no solo puede verse como un bello y conmovedor filme sobre la fragilidad de la vida, sino también como un tratado de la mirada sobre “el otro”, una lograda exaltación -de tono otoñal y textura melancólica- del misterio que guarda, a fin de cuentas, todo vínculo que resiste al tiempo, y a cualquier verdad del hombre. (publicado en Godard! Nº26)

jueves, 10 de marzo de 2011

Presentación de Godard! Nº 27


Este miércoles 16 de marzo comienza la celebración por los 10 años de la revista de cine Godard!, con la presentación de su edición N° 27 y el preestreno de la película Déjame entrar (Matt Reeves, 2010). La cita se llevará a cabo a las 7:30 pm en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y representa el primer evento de la publicación en el 2011, año en que la revista independiente cumple una década de existencia.

En el evento, participarán los directores fundadores de Godard!, los críticos Claudio Cordero y Sebastián Pimentel, quienes sostendrán un conversatorio sobre los vampiros en el cine.

El ingreso es libre, y se podrá adquirir esta edición conmemorativa con un descuento especial.

Lugar: Centro Cultural de la Pontifica Universidad Católica (Av. Camino Real, 1075).

Hora: 7:30 p.m.
 
Ingreso libre. Capacidad limitada.

domingo, 6 de marzo de 2011

El discurso del rey (2010) de Tom Hooper

 
Mucho de su éxito tiene que ver con su economía fílmica, con haber aprovechado la relación entre dos personajes incongruentes -un noble altivo (Colin Firth), y un profesor irreverente (Geoffrey Rush)-, unidos en una empresa  improbable: lograr curar los problemas de habla que impiden, al primero, encarnar el liderazgo de su nación. Lo más logrado es el auscultamiento de la figura del duque -y virtual rey de Inglaterra-, siempre acechada por la inseguridad, la rabia, la impotencia. 

Hooper, con una técnica visual precisa y funcional, transmite el pánico del protagonista a la performance pública, delinea sus debilidades. Pero tampoco se lo idealiza -lo vemos siendo víctima de la crueldad, pero también impartiéndola. Lo que fascina es el estudio de una personalidad quebrada, a partir de la expresión corporal y gestual, y los rituales que constituyen ese mundo sobre el que se basa la marcha de la Historia, y que el duque tendrá que controlar, de la mano del plebeyo. 

A pesar de su aguda inmersión en el drama del monarca tartamudo, también es cierto que las cuotas de dolor se dosifican mucho, la comedia purga las aristas más ásperas, y el relato no deja de sentirse algo reblandecido, entre la ligereza sofisticada y una hondura apenas entrevista. Los esquemas relamidos del triunfo de los buenos sentimientos quizá estén muy presentes. Sin embargo, este no deja de ser un filme sensible, exento de exabruptos melodramáticos, de fina arquitectura cinematográfica, y, por lo menos, incisivo y complejo en la exploración de un héroe, en la dirección de un estupendo actor. (versión modificada del texto publicado en Somos, 07/03/2011)

jueves, 3 de marzo de 2011

Ciclo: James Benning


Lunes 7 de marzo:
One Way Boogie Woogie / 27 Años Después, James Benning (USA. 1977-2005, 115’). 60 minutos construidos con planos estáticos de un minuto en el que cada plano documenta el paisaje de la decadencia urbana e industrial de Milwaukee. 27 años después, Benning retorna a las mismas locaciones para filmarlo todo de nuevo y en el mismo orden. Miremos las mutaciones… La ciudad es una cosa viva y el tiempo, lo que es y lo que ‘contiene’ el tema más apasionante de todos.


Lunes 14 de marzo:
LOS, James Benning (USA. 2001, 86’). “Empecé a planear una pieza para acompañar a El Valley Centro, Los, que iba a ser un retrato de Los Angeles.” Corrientes, colinas, edificios, jardines, carreteras, ríos, trenes, gente, el océano, un cementerio, policías, calles, jugadores de fútbol… LOS puede verse como 35 cortos de 2.5 minutos cada uno, que interactúan de múltiples formas, dando cuenta de la cotidiana e incesante extrañeza que genera cualquier gran metrópoli.


Lunes 21 de marzo:

13 Lagos, James Benning (USA. 2004, 128’). Ejercicio sublime de contemplación, placer intelectual y emotivo que exige la participación activa de un espectador atento a la belleza de los espacios naturales y sus cambios sutiles o a la variación de la luz o a la presencia arrebatadora del viento o a la aparición de un barco o al sonido de un tren que circula fuera de campo. Benning nos pide que miremos y escuchemos, dos verbos esenciales en su forma de entender el cine.

 
Lunes 28 de marzo:

RR (Railroad), James Benning (USA. 2007, 111’). 43 planos de trenes capaces de enseñarnos los fundamentos de la composición, de la perspectiva y del montaje mejor que cualquier texto que haya leído… La voluptuosa belleza de las imágenes se logra resolviendo el juego intrincado de las diferentes velocidades y formas de los trenes para las duraciones de cada uno de los planos, las entradas y salidas y los vacíos, la rica banda sonora, las sensaciones que comunican los paisajes y las variaciones de la luz y las referencias cinematográficas, socioculturales e históricas…



Cineclub de la Universidad Peruana Cayetano de Heredia.- Lunes. 7 de la noche. Av. Armendáriz 445, Miraflores. Entrada Libre.


Nota: Los textos fueron proporcionados por Mario Castro Cobos y César Guerra Linares, programadores del cine club.

Curso de verano - Marzo 2011 Revista Godard!

LENGUAJE Y ESTÉTICA CINEMATOGRÁFICA


Por CLAUDIO CORDERO
(Director fundador y editor general de la revista godard!)

Una película comunica emociones, reproduce la realidad dándole un significado nuevo, y lo hace a través de imágenes y sonidos. El cine es, por lo tanto, un lenguaje de imágenes con su propio vocabulario, su propia sintaxis y su gramática. Este curso tiene como objetivo profundizar en el idioma con el que el director se comunica con el espectador. Los tipos de planos, los movimientos y los ángulos de la cámara, además de los códigos sonoros y sintácticos. Pero también están aquellos elementos que componen la imágen y que utiliza el director –con ayuda de expertos- para crear un clima adecuado para la historia: la luz, el color, el vestuario, los decorados, las actuaciones. Los invitamos a ver las películas a través de su técnica, de su propio lenguaje y estética.

Las sesiones (4 en total) se llevarán a cabo los sábados, de 4 p.m. a 7 p.m., empezando el 12 de marzo. El taller está dirigido al público en general. Vacantes limitadas.

Para informes y matrículas, comunicarse al 431-9079 o al e-mail: cursos.godard@gmail.com

martes, 1 de marzo de 2011

Ciclo: Revista Godard! presenta "Dirigido por William Wyler"


Martes 1 de marzo:

Cumbres borrascosas (Wuthering Heights)
Dir. William Wyler. Estados Unidos (1939) 103’. Reparto: Laurence Olivier, Merle Oberon, David Niven. 

Sinopsis: Un extranjero se topa con Cumbres Borrascosas, la lóbrega mansión del misterioso Heathcliff, hombre tan torturado por un amor despechado que ha perdido el deseo de vivir. Mientras la tormenta ruge en el exterior, el fatigado caminante escucha fascinado la triste historia de Heathcliff y su inocente amor por Cathy, espíritu libre que nunca llegó a hacer realidad su fiera pasión por él.




Miércoles 2 de marzo:

La heredera (The Heiress)
Dir. William Wyler. Estados Unidos (1949) 115’. Reparto: Olivia de Havilland, Montgomery Clift, Ralph Richardson. 

Sinopsis: Adaptación de la famosa novela de Henry James, ambientada en la Nueva York de mediados del siglo XVIII, donde una joven heredera -poco agraciada físicamente y a punto de abandonar la juventud- es pretendida por un apuesto joven que sólo busca su dinero. Aunque su amor por el joven es ciego, su despótico padre la obligará a abrir los ojos a la cruda realidad.



Jueves 3 de marzo:
 
La princesa que quería vivir (Roman Holiday)  
Dir. William Wyler. Estados Unidos (1953) 118’. Reparto: Gregory Peck, Audrey Hepburn, Eddie Albert.

Sinopsis: Relata la encantadora aventura romana, y romántica, entre una princesa moderna -que detesta sus obligaciones reales y desea pasar inadvertida- y un periodista americano que, en busca de una exclusiva, finge desconocer la verdadera identidad de la muchacha. 
  


Centro Cultural de España - 4:30 pm. Entrada libre.
Natalio Sánchez 181 - Santa Beatriz – Lima (Alt. Cdra 6 Av. Arequipa)