domingo, 20 de marzo de 2011

El peleador (The Fighter, 2010) de David O. Russell


Larga y prestigiosa es la tradición de dramas boxísticos en Hollywood. Los últimos clásicos son El luchador (Cinderella Man, 2005, de Ron Howard) y Golpes del destino (Million Dollar Baby, 2004, Clint Eastwood). Mejor que la primera, pero sin llegar a la marca lograda por el genio de Eastwood -lo que no la desmerece un ápice-, el filme de O. Russell trae una novedad en medio de la historia del muchacho de bajos recursos que emprende un camino atormentado hacia la gloria: esta vez, no solo se trata de la cruzada de Micky Ward (Mark Wahlberg), sino de la de su hermano mayor y entrenador, el adicto al crack Dicky Eklund (Christian Bale).

De lo mejor es, precisamente, la forma en que se ahonda en los conflictos de ese temperamental contigente familiar de los suburbios pobres -donde destaca Melissa Leo como la posesiva madre y manager del clan Ward. Los de El peleador son personajes memorables, filmados con un tono celebratorio, y tierno, en medio de sus vicios e histerias. Para no hablar de las estupendas performances de Bale y Wahlberg, mencionaremos a la novia de Micky, rechazada por la madre, e interpretada por Amy Adams, lo que completa esta crónica hecha de mucha violencia, tanto emocional como física. Sin exacerbar nunca el drama de la realidad que muestra, hacía tiempo que no se dosificaba, con tanta convicción, la crispación de pasiones intestinas familiares de las clases trabajadoras, desde los días en que Scorsese hacía Toro salvaje o Buenos muchachos.(versión modificada del texto publicado en Somos, 19/03/2011)

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