En la senda de películas latinoamericanas que
entrecruzan un puñado de destinos trágicos –muchos recordarán la mexicana Amores perros– llega esta película
nacional, estrenada en el Festival de Lima. Si bien tiene a su favor algunas
actuaciones destacadas, como las de Ismael Contreras, Lucho Cáceres, y Sebastián
Monteghirfo, el filme, proclive a sumar momentos de choque, no deja que sus
historias y personajes se desarrollen, de modo que puedan adquirir una
verdadera densidad dramática. La resolución de los relatos –entre los que se
mezcla a los barristas de fútbol, la procesión del Señor de los Milagros, y una
banda de falsificadores de dólares– es abrupta e inverosímil, y el caso más
notorio quizá sea el del policía encubierto que interpreta Giovanni Ciccia,
cuya tribulación amorosa carece de justificación y consistencia. Lo mejor es el
transportista arrepentido que encarna Ismael Contreras, su dolor y turbación
merecieron un protagonismo mayor. (En: Somos 02/11/2013)
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