domingo, 31 de marzo de 2013

The Master (2012) de Paul Thomas Anderson

Dos formas de locura y una velada crítica al sueño americano.
















Luego de combatir en la Segunda Guerra Mundial, Freddie (Joaquín Phoenix) vuelve como un alcohólico agresivo y turbado, incapaz de retener algún empleo. Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), gurú de un nuevo culto llamado “La Causa”, lo acoge. Así surge una amistad de perfiles opuestos, y de dos modelos: el del éxito y el del fracaso. Pero también de dos tipos de locura: la del mitómano que se apodera de las mentes de los demás, y la del marginal que no puede controlar la suya. 

La de Phoenix-Hoffman es una relación de dependencia mutua. El maestro prueba su poder, y el discípulo busca una inserción que no se la dará nadie. Solo Lancaster, un desadaptado a su manera, tratará bien a Freddie, y solo Freddie podrá probarle que el alma de un hombre no la puede poseer nadie. Y, en medio, el mismo sueño americano del que descreen los dos. Solo estos elementos ya hablan de un filme singular, pero The Master es más. No solo es un retrato de EEUU que empoza una mirada crítica detrás de superficies cristalinas. Es, también, un relato hecho de brechas que el espectador deberá llenar. Entre sus imágenes hipnóticas, y sus actuaciones portentosas (la de Phoenix es antológica), hechas de dolor y éxtasis, Paul Thomas Anderson (Petróleo sangriento) reserva un espacio para el misterio y un profundo desarraigo existencial. Una cinta imperdible y magistral. (En: Somos 02/03/13)

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