lunes, 24 de enero de 2011

Cursos de verano - Febrero 2011 Revista Godard!

MOTEROS TRANQUILOS, TOROS SALVAJES,
LA GENERACIÓN QUE REVOLUCIONÓ HOLLYWOOD


Por LENY FERNÁNDEZ
 (Crítica y redactora principal de la revista godard!)

En tiempos hostiles debido a la guerra de Vietnam, y a la profunda crisis económica y social que atravesaba un EE.UU convulsionado, además, por escándalos políticos (Watergate), surgieron cineastas que apostaron por expresar el sentir de su desencantada sociedad, así como una modernidad cinematográfica que atrajo a un nuevo público a las salas. Martín Scorsese, con Calles peligrosas, o Francis Ford Coppola, con La conversación -por poner unos ejemplos-, apelaron a un nuevo realismo, enérgico y desengañado frente al “sueño americano”, alejado por completo del glamour que caracterizó al Hollywood de antaño. A partir de la película seleccionada, como de sus principales referentes cinematográficos y culturales, el curso se propone brindar una aproximación a esa generación de directores que, hacia finales de los años sesenta, marcó un antes y un después en la Historia del cine estadounidense y mundial.

Las sesiones (6 en total) se llevarán a cabo los martes, de 6.30 a 9.30 p.m., empezando el 08 de febrero. El taller está dirigido a público en general. Vacantes limitadas.

1era sesión: Peter Bogdanovich y La última película (1971)
2da sesión: Brian De Palma y Hermanas diabólicas (1973)
3era sesión: Francis Ford Coppola y La conversación (1974)
4ta sesión: Martín Scorsese y Taxi Driver (1976)
5ta sesión: Paul Schrader y Blue collar (1978)
6ta sesión: Woody Allen y Manhattan (1979)

Para informes y matrículas, comunicarse al 999-555-262 o al e-mail: cursos.godard@gmail.com


TALLER: CRÍTICA DE CINE


Por CLAUDIO CORDERO
(Director fundador y editor general de la revista godard!)

Si te gusta mucho el cine pero nunca te has animado a escribir una crítica, esta es tu oportunidad para ahondar tu relación con las películas, no solo como espectador sino como comentarista especializado. Este curso tiene como objetivo de que los alumnos conozcan las herramientas fundamentales para ejercer la crítica en medios escritos. En cada sesión se discutirá sobre cine, se asesorará a los alumnos para que sus textos sean mejorados, pero también se buscará reflexionar sobre el oficio de la crítica y sus retos.

Las sesiones (4 en total) se llevarán a cabo los sábados de 3:30 p.m. a 6:30 p.m., empezando el 5 de febrero. El taller está dirigido al público en general. Vacantes limitadas.

Para informes e inscripciones, comunicarse al 431-9079
, 990-085-094 o al e-mail: cursos.godard@gmail.com


CINE NEGRO
El Género de la Fatalidad


Por CLAUDIO CORDERO
(Director fundador y editor general de la revista godard!)

Fueron los críticos franceses quienes acuñaron el término film noir para referirse a un grupo de películas norteamericanas, producidas en las décadas 40 y 50, las mismas que a través de intrigas criminales –muchas de ellas tomadas de la literatura- exploraban el lado oscuro de la sociedad. A pesar de la censura, el cine negro constituyó un esfuerzo valiente por devolverle a Hollywood una identidad más adulta, incluso flirteando con el cinismo, e introduciendo la violencia como parte de existencia cotidiana. El film noir desarrolló sus propios códigos, su propio estilo y estética visual, nos introdujo a un universo peligroso y nocturno, poblado de carismáticos perdedores y mujeres fatales. Directores tan celebrados como Orson Welles, Howard Hawks y Fritz Lang brillaron en este subgénero, pero también hubo otros artistas que, desde la serie B, dejaron su marca.

Las sesiones (8 en total) se llevarán a cabo los martes y jueves de febrero, de 6 p.m. a 9:30 p.m., empezando el 01 de febrero. El taller está dirigido al público en general. Vacantes limitadas.

Para informes e inscripciones, comunicarse al 431-9079, 990-085-094 o al e-mail: cursos.godard@gmail.com

sábado, 22 de enero de 2011

Tras el ensayo (1984) de Ingmar Bergman


Luego de Fanny y Alexander (1982), Bergman solo hará largometrajes para la televisión, la mayoría de los cuales comparten motivos como los del teatro, el cine primitivo, la representación y el fracaso de la misma, o los fantasmas y ajustes de cuentas que preceden a un último suspiro. La mayoría de estas cintas usan un par de escenarios siempre interiores y giran en torno a duelos recriminatorios entre dos personajes. En este caso, de trata de un viejo director (Erland Josephson) y su actriz (Lena Olin), la joven hija de un antiguo amor (Ingrid Thulin).

El tono melancólico está menguado por una comunicación violenta, y eléctrica, que recorre las tablas donde el dramaturgo piensa, recuerda, y discute. La voz en off interrumpe los diálogos en curso, y muestra la otra cara la interior del hombre, en un juego que revela al personaje a través de sus discursos diferidos, sus opacidades el rostro también es máscara, centro de observación que obstaculiza algo que no se puede decir, mostrar o fracturas que hay entre lo que contiene y libera. 

El director reflexiona con amargura, y resiste ante los embates de la actriz. Pero los momentos más intensos se los lleva el enfrentamiento con la madre (Thulin) de la joven, quien irrumpe como un fantasma que seduce, se derrumba, explota con ataques de histeria. Ella pretende sacar al artista de su indiferencia a través de chantajes, manipulaciones, y esfuerzos tan desesperados como inútiles. En el fondo, las dos mujeres son la misma, y el hombre sigue siendo la figura dominante que parece permanecer como espectador, como demiurgo de la representación, pero signado por una profunda amargura y decepción.

Bergman vuelve con agresividad sobre materias que disecciona con destreza: el tormento de las relaciones familiares o conyugales que regresan como deudas inevitables o enigmas fatales, por un lado; y, por el otro, la cadena ontológica que empieza en los roles sociales, continúa en la representación de los mismos -extraña sublimación y disolución de papeles que logra la puesta en escena o la teatralización cotidiana-, y termina en el enmudecimiento, en el límite de un rostro que lleva hacia la mudez, a la expresión discursiva o interior. Tras el ensayo es una obra maestra de gran intensidad y complejidad, hecha en un solo escenario y en un solo acto. (Versión modificada del texto publicado en Godard! Nº 14, diciembre 2007)